Organyà

Cada año centenares de jóvenes vienen a la zona conocida como «montaña mágica» para hacer su bautismo, desenganchar los pies del suelo y dar una vuelta por las nubes, con la certeza de que abajo les espera una comida irrepetible con la mejor longaniza del mundo.

Organyà es una pequeña localidad de la comarca del Alt Urgell que, además de encontrarse en el camino hacia Andorra, es conocida por tres grandes rasgos: las Homilías, el parapente, y por supuesto, la elaboración de embutidos.

Historia, deportes de aventura y artesanía se encuentran singularmente en este punto del Pirineo, encabezado por la venerada montaña de Santa Fe. Esta montaña, con su característica forma y su capilla en la cima, es uno de los símbolos que identifican el paisaje de Organyà. Y, probablemente, la devoción a Santa Fe es la tradición más característica de su población y la que se ha mantenido más constante a lo largo de los siglos.

Si bien, el hito que realmente sitúa a Organyà en el mapa sucede en el año 1904, cuando se encuentra en el pueblo uno de los documentos en prosa más antiguos escritos en catalán. El texto, conocido como las Homilías de Organyà, corresponde a los sermones de los Evangelios, y data del siglo XII. Actualmente, el original se encuentra en la Biblioteca de Catalunya en Barcelona. Hoy, en la plaza que lleva el mismo nombre, podemos ver un espacio expositivo con información y copias de los manuscritos.

Otro rasgo característico de Organyà -decisivo en el emplazamiento de Embutidos Obach en este paraje- es su tradición ganadera. La ganadería tiene un peso económico muy destacado y la mayoría de las tierras de cultivo de su alrededor se dedican a la pastura para alimentar al ganado. Aún hoy, el último domingo de noviembre, se celebra la feria de Sant Andreu, una de las ferias ganaderas más importantes y de más antigüedad de los Pirineos donde, además de caballos, terneras, ovejas, cabras y aves, se puede disfrutar de una demostración de oficios antiguos. Una enriquecedora manera de conocer las tradiciones de la zona.

Organyà también es un punto de parada obligatoria para los amantes de la buena mesa y para los amantes de las setas, que aquí podrán encontrarlas en los bosques del entorno, comprarlas a pie de carretera o degustarlas en los mejores restaurantes. Además, el parapente es el deporte de aventura por excelencia… Cada año, cientos de jóvenes vienen a la zona conocida como «montaña mágica» para hacer su bautismo, despegar los pies del suelo y dar una vuelta por las nubes, con la certeza de que abajo les espera una comida irrepetible con la mejor longaniza del mundo.